lunes, 18 de febrero de 2019

María Zambrano | «Como es sabido y no recordado, escuela viene de ocio» | Por Almudena García.

En Febrero de 1991 nos dejaba la filósofa María Zambrano. Hija de maestros y profesora ella misma en el Instituto-Escuela, no es de extrañar que dedicara parte de sus reflexiones a la educación, la manera en que el ser humano va haciendo suya la cultura de la sociedad en la que vive inmerso a la vez que encuentra su vocación. La tarea del maestro implica para Zambrano encontrar un equilibrio entre guiar y permitir el desarrollo de la propia personalidad.
  • Si el hombre naciese como los demás seres vivientes que con él comparten este planeta, siendo ya lo que tiene que ser sin más que ir creciendo, desarrollándose por obra y gracia de la madre naturaleza, la educación no sería ni necesaria ni posible.
  • El hombre es un ser escondido en sí mismo.
  • Educar será ante todo, guiar al que empieza a vivir en esta su marcha responsable a través del tiempo. [Educar al alumno] será disponerlo a afrontar, en cualquier época de la historia que se trate, en cualquier región de la tierra, en cualquier régimen político y social, dentro de la clase a que pertenezca, será despertarle o ayudarle a que se despierte a la realidad en modo tal que la realidad no sumerja su ser, el que le es propio, ni lo oprima, ni se derrumbe sobre él.
  • El maestro ha de ser como un guía también, ha de serlo deteniéndose al borde mismo de ese misterio del ser de cada uno que es su vocación. Cumple en plenitud si le ha dejado libre, entero, si ha dejado en libertad de nacer a ese ser intacto que a cada hombre se le da con su nacimiento. La acción reveladora del maestro, la respuesta verdadera a la demanda de ser reconocido del discípulo, sería dejarlo intacto en vía de despertar.
  • La educación hay que considerarla en vista de y para, ante algo y para algo... Pues si no fuera así, si la educación no preparase para algo, sería un simple adiestramiento mecánico.
  • En el juego llevado hasta el extremo (...) se muestra el ansia irrefrenada de algo que los humanos de antiguo conocen como privilegio de los antiguos dioses y más superficialmente de algunos animales, el poder transformarse.
  • El juego es lo más serio en las actividades de la vida, y cuando así no es bien pronto se abandona.
  • La división tajante entre juego y trabajo impide tener presente la vieja verdad de que la forma de todo humano hacer es el juego. (...) Desde los negocios de la política hasta el arte y el ejercicio del pensamiento. Y más resplandecientemente en la educación y en el estudio. Pues como es sabido y no recordado, escuela viene de ocio.  
  • Nadie puede negar, ni siquiera desconocer, la estrecha relación que existe entre el pensamiento filosófico y la acción educativa.
  • Para que una filosofía pudiese ofrecer al educador de hoy lo que en su menester necesita, habría de ofrecerle una idea y una imagen de hombre y de la realidad, del cosmos, es decir un conocimiento del hombre en su puesto excepcional en el universo. Pero algo más: un itinerario del trascender humano a través de todas las formas de realidad entre las que tiene que moverse. Una visión total y una guía; un cierto método también.
  • El filósofo no se contenta con gustar de la vida, sino que quiere penetrar en ella, reduciéndola, haciéndola consciente, transparente a su razón
  • Filosófico es el preguntar, y poético el hallazgo.
  • lunes, 4 de febrero de 2019

    CIENCIA | Los bébes que escuchan música reconocen mejor el lenguaje | Por CAROLINA GARCÍA.

    Un estudio sugiere que experimentando los ritmos de las melodías se pueden detectar y hacer predicciones sobre los patrones del habla.

    Ponemos música a nuestro futuro hijo mientras permanece en el vientre porque, según la ciencia, es bueno. También hay niños que desde muy pequeños viven rodeados de música durante todo el día: en la escuela, en el coche, en casa, y otros que, tras adquirir el hábito, con apretar simplemente el play se mueven de un lado a otro, intentando llevar el ritmo. Pero no solo se divierten y se estimulan. Una nueva investigación concluye que escuchar música a los nueve meses de edad ayuda al bebé a procesar mejor las notas musicales y el lenguaje. Pero no solo canciones infantiles, cualquier música vale, así que let's rocks, baby! El estudio, elaborado en la Universidad de Washington (Seattle) y publicado en The Proceedings of the National Academy Sciences, es “el primero que sugiere que a través de experimentar los ritmos de la melodía se puede detectar y hacer predicciones sobre los patrones del lenguaje”, aseguran los autores en un comunicado. “Esto significa que tener un contacto temprano con la música puede tener un efecto global en las capacidades cognitivas del niño”, añaden.

    El bebé reconoce el mundo que le rodea

    Un bebé de nueve meses se estimula con todo lo que le rodea: la luz, las sensaciones, los sonidos y estos cambian de forma constante. Y su trabajo es descubrir, es reconocer los cambios y predecir lo que va a venir después. “Predecir los patrones es una habilidad cognitiva fundamental y mejorarla desde edad muy temprana puede tener efectos positivos a largo plazo”, agregan los autores. Según explican, la música y el lenguaje tienen patrones muy marcados. Las sílabas son el ritmo del habla y son fundamentales para entender lo que estamos escuchando.
    El estudio contó con un total de 39 bebés, 20 de ellos acudieron a sesiones de música de 12 a 15 minutos de duración con sus padres durante un mes. A cada sesión iban dos o tres bebés juntos. Los otros 19 solo jugaban, sin música, en las sesiones. Este era el grupo control. La música elegida fue un vals, “ya que es relativamente difícil para que los bebés lo aprendan”.
    A la semana, las familias volvieron al laboratorio para evaluar las respuestas cerebrales (mediante resonancias magnéticas). Midieron tanto el tiempo como la actividad cerebral. El análisis se centró en el córtex auditivo y la corteza prefrontal, ya que son las áreas encargadas de manejar la atención y detección de patrones. Los bebés que escucharon música tuvieron reacciones más rotundas y fuertes en ambas áreas cerebrales, comparado con el grupo de pequeños que solo jugó.
    Estudios anteriores ya hablaban de los beneficios de la música, por ejemplo, que puede ayudar a tratar los trastornos del espectro autista (TEA) y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en niños, así lo concluye la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA, por sus siglas en inglés). Según los autores, que los pequeños reciban clases de música incrementa y crea nuevas conexiones cerebrales y “puede facilitar los tratamientos en niños con estos trastornos”. “Ya se sabía que la música era muy beneficiosa, pero este estudio ofrece un mejor entendimiento sobre qué está ocurriendo en el cerebro y dónde se producen estos cambios”, aseguró Pilar Dies-Suárez, jefa de radiología en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, autora del mismo. "Experimentar la música a una edad temprana puede contribuir a un mejor desarrollo del cerebro, a la optimización de la creación y establecimiento de redes neuronales y a la estimulación de las vías existentes del cerebro”, añadió la experta.
    Por todo esto, los autores de la actual investigación critican que en EE UU los colegios hayan disminuido las horas de clases de música, “alegando que son muy caras”. “Esta investigación les recuerda que sus efectos van más allá de la propia música. Esta actividad puede tener efectos positivos en las habilidades cognitivas que le ofrecen al pequeño, una habilidad mejor para detectar, esperar y reaccionar a los patrones que le muestra el mundo, y el mundo de hoy es muy complejo”, concluyen. Y esto no pasa solo en Estados Unidos. Desde hace varios años, las escuelas de música y los colegios han hecho que esta actividad agonice en España donde estas han visto cómo ha disminuido el número de alumnos de sus aulas, las ayudas para impartirla han descendido y muchos centros están cerrando en toda la geografía. Algunas veces, habría que valorar no solo el dinero, sino el beneficio.